¿Amor conmigo? ☯️
Claro que vamos a poder, es lo que pienso mientras miro la lista de todos los alimentos que no puedo comer.
We have been through harder shit before.
Hemos atravesado cosas más difíciles antes.
Como siempre, llego aquí con un montón de cosas sobre las que quiero escribir, pero al sentarme, cuesta recordarlas, cuesta empezar y cuesta escribirlas.
Así que solamente empiezo, y que lleguen las que tengan que llegar.
Siento que soy muy monotemática, pero cómo no, si solo puedo hablar de lo que me habita, y en nuestras vidas, lo importante, lo que trae aprendizajes, lo que está aquí para enseñarnos, es lo que se repite.
Así que vuelvo con el tema del movimiento (jajajaj, y me da risa escribirlo, porque sí, definitivamente soy muy monotemática, pero ustedes ya me conocen y si me están leyendo y siguen aquí es porque me quieren así 😀)
He tenido mucho movimiento estos días (jajajaja, es que se siente como un dejavú escribir esto, pero ya, ya no me río más).
Este movimiento esta vez ha sido más mental. Tanto, que llevo varios días con dolor de cabeza –y a mí nunca me da dolor de cabeza, nunca–.
Sé que la causa del dolor es este movimiento mental, porque todos los otros factores en mi vida que podrían generarlo se han mantenido igual, y porque estoy disminuyendo los factores que podrían generarlo. Y ese es el tema de este fragmento.
Mi energía siempre ha sido muy bajita. Suelo tener sueño, cansancio, desde que me despierto hasta que me acuesto. Todos mis hábitos son –muy– saludables, me hacen exámenes cada seis meses, siempre todo ha estado “perfecto”, desde la medicina tradicional y la funcional. Pero cómo va a estar perfecto, si yo me siento sin energía.
He buscado mucho la causa sin encontrarla, y finalmente con mi médica decidimos chequear frente a cuáles alimentos es sensible mi cuerpo, y eliminarlos durante seis semanas.
Para hacer corto el cuento, esto lo pude haber hecho desde hace unos meses que lo chequeamos, pero yo me encontraba siempre entre el dilema de: rigidez vs. flexibilidad, rigidez vs. disfrute, lo que quiero vs. lo que necesito (y aparte tenía el viaje, que era full disfrute).
Es decir, me encontraba con el dilema de: yo ya he estado ahí, en esa rigidez en cuanto a la alimentación, en esas categorías autoimpuestas de: no como esto, ni esto, ni esto, reduciendo mi universo a un universo muy limitado, y sin mucho disfrute.
Y no quería volver ahí.
Sin embargo, este año decidí que ya había tenido suficiente con sentirme cansada. Y escribirlo me dan ganas de llorar, porque es muy difícil vivir cansada, y no quiero que esa sea mi vida.
Recientemente escuché que a la mayoría de lugares en nuestras vidas hemos llegado sin elegirlos (por lo menos conscientemente), y ahora yo quiero elegir un lugar diferente al cual llegar. Que no es llegar, sino volver:
Quiero volver y generar un lugar diferente dentro de mí, y para eso en este caso elijo no hacer lo que quiero, sino lo que necesito.
Me apoyó mucho una conversación que tuve con una compañera de camino y persona a la que quiero mucho que ya había recorrido este proceso que yo voy a recorrer, y que básicamente me dijo lo siguiente:
Esto que vas a hacer no es para toda la vida.
Aunque es una dieta restrictiva, es una dieta que te va a llevar a mirar lo que le hace bien o no a tu cuerpo, y aunque en el momento se sienta como una restricción, en últimas termina siendo amor contigo, porque desde un lugar de consciencia ya vas a poder elegir qué es lo que quieres consumir, y si sabes que es algo que no le hace muy bien a tu cuerpo pero te encanta, lo estás decidiendo en pro del disfrute, y te lo puedes permitir, ahí es donde entra el tema de la flexibilidad.
Vas a encontrar hasta dónde es amor contigo tener esos permisos de disfrute o exceso, y hasta dónde es amor contigo no tenerlos.
Y eso cambió todo el panorama para mí.
Y ahí llegó el click: claro, es que aunque me permita todo lo que me encanta, no será amor conmigo porque claramente hay algo que no me hace bien, y amor conmigo no es vivir desde el cansancio. Eliminar esos alimentos temporalmente, entonces, no es rigidez, sino amor.
Y aunque aquí esté hablando de alimentación, pueden llevar mi caso a sus propios casos, y situarse en esos dilemas entre quieros y necesidad, entre rigidez y disfrute, entre amor o falta de él, y en últimas pensar:
¿Si yo me amara, qué haría?
Y ojo, que nuestro ego (personalidad) puede llevarnos a pensar:
Si yo me amara, me doy todo el gusto del mundo y como todo lo que quiera.
Si yo me amara, me quedo con esta persona que me fascina.
Si yo me amara, no me enredo con cosas que me estresan.
Pero, lo que lo que el ego quiere evitar que veamos es que:
Esa comida que me encanta, me puede estar haciendo mucho daño.
Esa persona que me fascina, me ha mostrado ya muchas veces que no es la persona para mí.
Esas cosas que me estresan, tal vez, envuelven mi gran aprendizaje y por eso “enredarme” con ellas, vivirlas, abrazarlas, y transitarlas, es lo que me permitirá aprender.
Sé que en medio de las situaciones, nuestra visión puede verse nublada, y no tener ni idea: ni lo que quiero, ni lo que necesito, ni la diferencia, ni lo que es amor ni lo que no lo es.
La buena noticia, es que para esto es esta vida:
Para vivir, y darnos cuenta a medida que la vivimos.
Gracias por ser ese refugio en el que sé que puedo entregar mis letras y que van a ser recibidas. Les escribo a ustedes, pero siempre, a mí.