Alas 🧚🏼♂️
Si alguien contara las alas sobre mi cuerpo en este momento, se encontraría con doce alas.
Dos libélulas con sus cuatro alas colgando de mis orejas.
Un colibrí con sus dos alas colgando de mi cuello.
Y otro colibrí con sus dos alas que llevo tatuado en mi brazo izquierdo.
Doce alas.
Es muy loco –y muy mágico– mirarme al espejo por la mañana y verme llena de alas.
“Son solo alas”, podría ser alguna opinión.
“Qué exageración”, podría ser otra.
“Son alas, y son una realidad”, he llegado a pensar yo.
Qué realidad más construida, más lejana al principio, más lejana todavía hoy de todas las potencialidades que aún están lejos, pero más cerca, que antes.
Posibles.
Esas potencialidades antes no eran posibles.
Hoy lo son.
Y por eso
estando lejos
están cerca
porque hoy
a diferencia de antes
existen.
Hace unos días en una historia les compartí que dentro de mi proceso conmigo, hay muchas palabras que son centrales, pero les hablaba de dos: valentía y libertad –consciente–.
Hoy quiero hacer énfasis en esa libertad, y en ese consciente.
Más bien: en esa libertad consciente.
La libertad siempre ha sido muy importante para mí, pero en realidad cuando digo “ha sido”, puedo decir que lo ha sido, o lo era, para mi ego. No para mí. No para la mujer con alas.
Más bien, la libertad era lo importante para la mujer sin alas. Porque una libertad desde el ego, lo único que hace es arrebatárnosla, manteniéndonos dentro de la jaula llamada libertad que hemos construido.
(Y aquí pueden reemplazar la palabra libertad por cualquier palabra que haya regido sus vidas desde el automático, es decir, desde el ego).
Pero no puedo detenerme en el tema del ego aquí, porque terminaría escribiendo tres libros (para eso, mis talleres y el podcast).
Así que vuelvo a la libertad consciente.
Esa sí le pertenece a la mujer llena de alas. Y a esa sí puedo llamarla hoy, un poco más –porque el proceso sigue, y no se acaba– propia y real.
Una libertad consciente propia y real (y esto es una redundancia, porque las palabras consciente, propia, y real, terminan siendo sinónimos).
Hoy cuando hablo de libertad consciente propia y real, me refiero a una libertad que me permite ver esas potencialidades (lo que puede ser), y me permite reconocerlas como hechas para mí, un “mí”, que sabe desde qué lugar las busca y desde qué lugar va a generarlas, y que me permite salirme del diálogo que no me ha permitido ser libre, verlas, verme.
Y lo que quiero decir con todo esto es: hoy soy más libre porque hoy puedo ver mi potencial. Hoy soy más libre porque veo las potencialidades, y las siento cerca, posibles, aunque estén lejos, aunque tarden lo que necesiten tardar, en llegar.
Y lo que quiero decir es: esa libertad que hoy siento en mí, esas potencialidades que reconozco como propias, es una libertad y son unas potencialidades que existen para todos.
No las mismas, pero las que son para cada uno. Las que existen dentro del plano de potencialidades que llevan nuestros nombres.
Y acá lo importante es: el abrazar esas potencialidades no elimina la duda, ni el miedo, ni el camino que ha de transitarse y con ello todo lo que el camino trae, pero nos permiten recorrerlo de forma diferente.
Y si hoy la libertad consciente propia y real, si las potencialidades, si lo posible, si el potencial, si las alas, y la magia y la certeza se sienten lejos, inexistentes, vacías de nuestros nombres: NO IMPORTA.
Estar vacíos es el primer paso para llenarnos.
Si alguien sabe de vacíos, y de falta de certezas, y de falta de reconocimiento de su potencial, y de falta de esperanza, y de duda, y de miedo, y de no-alas, soy yo.
Y por eso es que puedo decirte: nos iremos llenando. Pero no de lo que el ego, o el miedo, o la gente pide, sino de lo que nunca sabíamos, en primer lugar, que estaba dentro de nosotros, o que llevaba nuestros nombres, o que era lo real.
Ayer, en mi segunda Consultoría Creativa (un nuevo espacio que he creado❣️) la persona a la que asesoraba me dijo al terminar la sesión:
“De todo me iba a imaginar yo en la vida menos que fueras tan resoluta” (es alguien que me conoce, y me conoce de verdad).
Resoluta: adj. Que obra con decisión y firmeza.
Y yo le respondí: sí…eso me ha ido mostrando la vida.
Esa resolución, esa firmeza, esa claridad, ese perrenque (jeje), son reales en mí, lo que pasa es que no sabía que existían, y es el descubrirlo lo que me está conectando con las potencialidades, que ahora existen, porque hoy sé, más que antes, y menos que mañana, qué es lo real en mí.
Estamos descubriendo qué es lo real.
O podemos descubrirlo, si lo decidimos.
Y el camino,
nos espera.
¿Nos llenamos de alas?