Tiempo, libertad y abundancia 🌸
Es viernes.
Ayer terminé de trabajar a las 12:30 del día.
Parte de mi trabajo es compartirles historias.
Y mientras les compartía unas historias, recibí la notificación de pago de una mujer lista para Abundance Magic 🌸✨🦄 (Programa que incluye Abundance Codes, la Masterclass de mañana), mujer que ya caminó conmigo en Metamorfosis, luego en Cumplirnos, y por eso esa notificación fue el triple de mágica:
Porque que mis clientes lleguen, se queden, vuelvan, y “repitan” (entre comillas, porque ningún espacio es igual a otro), lo es todo.
Después almorcé con mi familia (mis tías, mi prima y mi primo, mi hermano).
Después fui a visitar a mi abuela (siempre la visito o jueves o viernes).
Me alzó un brazo que tenía descubierto para mirarme la axila con pelos.
Me pregunta por qué hago eso.
Yo le respondo: abue, yo soy rebelde. Y esto hace parte de volver a mi naturaleza salvaje.
Y las dos nos reímos.
Con ella me río a carcajadas (amor de mi vida).
Al terminar, le escribí a mi amigo (si estoy en la calle, siempre estoy con ese amigo), para ver si estaba libre.
Estaba libre.
Lo recogí (él y yo somos nuestros mutuos compañeros de libertad).
Nos tomamos una copa de vino blanco entre los dos a las tres de la tarde en nuestra esquinita preferida, donde siempre somos los más jóvenes.
Yo le dije que pidiéramos solo una para probarlo, porque no me gusta el vino ácido.
Nos la tomamos.
Estaba ácido, pero rico.
Después nos fuimos para un rooftop.
Pedimos cerveza (no había IPA, mi cerveza preferida, y si no hay IPA, prefiero no pedir cerveza, entonces me robo un poquito de la de él).
Después, nos fuimos a comer el ramen más rico de la ciudad.
Técnicamente no había mesa, pero esperamos, y hubo una para nosotros.
Delicioso.
Me dijo: te voy a tomar una foto, pero quiero que salgas muy feliz, muy, muy, muy feliz.
(Y gracias a la vida por las personas que nos toman fotos, por iniciativa propia, y que lo hacen con gusto).
Esta es mi cara muy feliz:
Porque cuando estamos felices se nota.
Irradias mucha alegría y optimismo, me dijo mi abuela ayer.
Sí. Le respondí yo.
Empecé a escribir este Fragmento porque estaba muy feliz.
Es viernes.
Estoy aquí en el cafecito al que vengo a trabajar.
Y estoy tan feliz, porque este lugar se siente como mi casa.
Hace un momentico me paré a hacer la fila para comprar un café, y desde la fila una de las baristas me preguntó:
Luisis, qué vas a pedir.
Y yo: un tinto.
No me dijo nada, pero la vi servirlo, y me lo acercó, de regalo.
Me sonríe.
Le sonrío con mis ojos, con mi boca, con mi corazón.
GRACIAS.
Ayer, tuve llamada de despedida con mi coach de nuestro espacio de High Level Mentorship, aquí mismo en el cafecito, y la misma barista me vio llorando desde lejos (ella no sabía que eran lágrimas de gratitud y de celebración por este camino recorrido), y me mandó un tinto de regalo, y me hizo un corazón de lejos con sus manos.
Yo le hice uno de vuelta.
Aquí se saben mi nombre, aquí saben cómo me gusta el café cuando no pido tinto (latte frío en leche de avena, con poquito cold brew).
Aquí saben que el tinto lo dejo todo, que lo dejo enfriar y no me lo tomo, y no entienden por qué hago eso, pero saben que así soy.
– Luisa, ¿usted por qué deja enfriar el tinto?
– Yo no lo dejo enfriar, él se enfría solo.
Y nos reímos.
Aquí me conecto con la alegría de vivir, todos los días.
Y aquí le doy vida a mis sueños, todos los días.
Porque, aunque no soy una persona que se recargue con el contacto social, me gusta trabajar rodeada de gente.
Trabajar sola, sintiendo el movimiento de la vida a mi alrededor.
Y les escribo todo esto para decirles,
que la abundancia no es un resultado.
La abundancia es una frecuencia y un estado mental.
Una forma diferente de vivirnos nuestras vidas.
Todo esto que les describo arriba, es frecuencia de la abundancia:
Lo que hacemos con nuestro tiempo.
El disfrute del cual impregnamos nuestros días.
Las elecciones que tomamos: sí, un jueves a las 12:30 del día, puedo decidir dejar de trabajar (y no sentirme culpable por ello)
Y no, lunes, martes, y miércoles, son dedicados full a cumplirme, a crear, a trabajar (amar mi masculine energy, también).
Y sí, quiero trabajar todos los días, en el mismo lugar que amo, que es mi lugar
Recibir con toda la gratitud del mundo el café que casi siempre te regalan (no es novedad, pero es abundancia, es un regalo, y así me lo disfruto, y lo agradezco).
Y no, no tomarme el tinto frío solo porque “no se puede dejar”.
Y sí, pedir el latte frío en leche de avena, aunque ya haya pedido el tinto, y ya lo haya dejado, como siempre.
La frecuencia de la abundancia no nos pide que algo grande ocurra para empezar a ser abundantes.
La frecuencia de la abundancia nos pide ser, antes de que sea, para que pueda ser.
Y vivir lo que ya vivimos, de forma diferente.
TODO ESTO SE LOS ENSEÑARÉ DE UNA FORMA REVOLUCIONADORA DE EXISTENCIA EN:
Abundance CODES (Masterclass), MAÑANA SÁBADO 19 DE NOVIEMBRE ✨🦄
(18 PERSONAS YA LISTAS ❤️🔥)
Si no puedes conectarte en vivo, te llevas la grabación de por vida.
Abundance MAGIC (Programa), empieza ESTE LUNES 21 DE NOVIEMBRE 🌸✨🦄 INCLUYE LA MASTERCLASS!
Si no puedes ser parte en vivo, te llevas las grabaciones hasta el 23 de enero de 2023.
NOS VEMOS DEL MISMO LADO DE LA FRECUENCIA DE LA ABUNDANCIA ❤️🔥
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Y aquí un en vivo donde te cuento en qué consisten los distintos espacios que tengo disponibles en este momento, para que elijas tu puerta, y la cruces ❤️🔥