Lo que queda después del sol 🌞
Ayer, primero de diciembre, catorce días para el cumpleaños número uno de Lo que queda después del sol (14 de diciembre), estuvimos sold-out.
No hay más poemarios disponibles en este Planeta Tierra (que debió haberse llamado Planeta Agua).
LITERALMENTE.
Y lo único que puedo pensar es:
¿Qué tan increíble es eso?
Que literalmente, no exista un ejemplar más disponible, porque todos los que nacieron, ya encontraron un cuerpo con el cual quedarse.
Bueno.
Todos menos uno.
Y aquí la historia:
Como la vida es tan sincrónica, cuando a mitad de año decidí tercerizar los envíos para que fuera más eficiente para mí (por eso había dejado de ofrecerlos), y para poder despachar a nivel internacional, dejé 23 poemarios en la empresa de envíos, y me quedé como con siete más o menos.
No fue intencional.
Ocurrió de la siguiente forma:
Mi tía era la que empacaba los poemarios, así que ella tenía la mayoría en su casa.
La idea era que los empacara todos para llevarlos a la empresa de envíos ya listos para ser enviados, y en efecto un día empacó todos los que quedaban en su casa (23), pero se me olvidó llevarle los que tenía en mi casa.
Así que quedaron algunos por fuera de la bodega para ser enviados.
Esos algunos con los que me quedé poco a poco fueron siendo vendidos a personas cercanas, que me decían: se me había olvidado comprártelo, o que ya al final sintieron el SÍ para comprarlo. Amigos, amigas, mentoras, mujeres de mi Mastermind.
Hasta que ayer, 1 de diciembre de 2022, el último poemario de la bodega de envíos fue despachado, y uno solo quedó en mis manos.
Ayer mismo les compartí una historia en insta pidiéndoles que me ayudaran a decidir si lo vendía, o si lo reservaba para alguien especial con quien me cruce en el camino, y, obviamente, ganó reservarlo para alguien especial con quien me cruce en el camino.
Porque eso es poesía.
Poesía es decidir no vender el último ejemplar disponible de la primera edición (de lujo, joyita) de Lo que queda después del sol, mi primer poemario, mi corazón hecho letras, mi sueño hecho vida, sino guardarlo, quedarme con él, para que cuando me cruce con alguien especial en el camino, y le cuente que escribí un poemario, y me diga: yo lo quiero.
Yo pueda responderle: lo había guardado para ti.
Así que.
14 días antes del cumpleaños número uno de Lo que queda después del sol (14 de diciembre), estamos sold-out.
Y lo único que puedo sentir es:
Gracias.
Gracias porque esto es posible gracias a ustedes.
–Y recuerden que los clichés son clichés, porque son ciertos–.
Hoy hay un libro agotado porque hubo cientos de personas que decidieron comprarlo.
Gracias.
Eso es todo 🌞
Aquí, la canción que sería el poemario, si fuera una canción.
Y a propósito de la escritura. Para escribir: Magic Writers. Mañana. Nos vemos del mismo lado 🔮🌞✍🏼