Empiezo con un poema, el número 107 desde el 27 de julio de este año, hoy, 27 de octubre. MUCHOS 7’s. Me fascina.
8 meses con un cuerpo lúcido con un cuerpo vivo con un cuerpo aquí. Más que cuerpo mente con una mente lúcida con una mente viva con una mente aquí. 8 meses sin extinguir las cosquillas con trago 8 meses sin tapar el vacío con vino 8 meses sin ese como que sí como que no sin el mareíto delicioso sin la valentía cobarde sin la desinhibición que no es mía sin lo que publiqué que no era real publicarlo no así. 8 meses conmigo no del todo aprendiendo a estarlo. 8 meses de una identidad que no sabía que podía ser mía Yo no tomo –qué?– 8 meses de haber roto las cadenas de mi linaje 8 meses decidiendo hacerlo distinto. 8 meses aprendiendo a celebrar de otra forma –todavía, no lo logro– –todavía, hago el chiste: una cervecita, o qué? para celebrar– –todavía, el: qué haceeee la gente que no toma, qué cosa más brava–. 8 meses escribiendo sobria Dice Residente en su canción René “escribo bien sobrio, pero escribo mejor borracho”. Me pasa igual (mentiras, mentiras sí, mentiras no, mentiras, es que todavía no sé si es solo un chiste). 8 meses volviendo a casa Decidiendo darle un chance a la vida en sobriedad aunque esto en realidad de verdad, verdad empezaría un par de meses después lo que significa que son un par de meses menos estando aquí de verdad pero 8 meses muy completos sin tomar con una mente muy lúcida con un cuerpo muy limpio estando aquí. L.RR 27/10/23
Hace un poco más de un año, un hombre con un don muy impresionante, y en quien confío mucho, me dijo, más o menos: tu abuelo, desde el cielo, de verdad quisiera que no hubiera tanto alcohol en la familia, que no se excedieran tanto, como hay tanta inteligencia y sensibilidad mezcladas, esa es la combinación perfecta para recurrir al alcohol porque por lo general la gente no sabe qué hacer con eso, pero se puede disfrutar, con moderación.
En ese entonces, yo recibí ese mensaje muy en modo resignación: entiendo, pero nada qué hacer. Nos encanta el vino (jejeje). Básicamente: esa platica (ese anhelo de mi abuelo) se perdió.
Mi abuelo tomó muchísimo, toda su vida. Dejó de tomar (y de fumar) ya muy viejo, tras toda una vida de haber tomado (y fumado) mucho.
Y aunque el mensaje de mi abuelo fue un mensaje queriendo llevarnos a la moderación, cualquiera diría que la forma en que se toma en mi familia es una forma moderada: los vinitos, las cervecitas, los fines de semana, las celebraciones, una copita en la noche.
Yo también lo veía así, sabiendo que no era real.
Y que lo real dentro de mí, desde hace muchos años, me pedía darle un chance a la vida en sobriedad.
Pero al lado de esa vocecita real hablándome, aparecía el: es imposible. A mí me gusta el vino demasiado. Por qué voy a dejar de hacer algo que disfruto tanto? Yo soy una persona que toma, punto. Y en realidad yo tomo con “moderación” (ajá).
Y de pronto ya lo saben, o de pronto no: yo fui la adolescente más borracha que existió, desde mis 15 hasta mis 21 años. Yo literalmente AGOTÉ, QUEMÉ, las borracheras y la rumba, porque yo no concebía mis fines de semana sin fiesta, y sin trago hasta casi que quedar inconsciente, y enlagunada (borrando película, siempre), y enguayabada (resaca) hasta la madre, para volverlo a hacer todo de nuevo el próximo fin de semana, o cuando estaba más jovencita, al día siguiente (dios mío).
Y si solo conocen la versión actual de Luisa, esto podrá sonar muy inconcebible, pero fue muy real, y hoy por ejemplo la rumba ha salido tan radicalmente y casi que tan absolutamente de mi vida, PORQUE ES QUE YO RUMBEÉ HASTA MÁS NO PODER. Lo mismo con las borracheras. Ya lo viví. No me hace falta en absoluto vivirlo más.
Y como dejé de emborracharme hace tanto, por eso es que pensaba “yo tomo moderadamente” (ajá).
Pero bueno, no estoy aquí para decir cuál es la forma “moderada” de tomar, y no estoy aquí para decirles si la forma en la que toman es moderada o no, porque, lo real dentro de ustedes lo sabe.
Y lo real dentro de mí, sabía que no era moderada, y que no me servía, de servicio, de apoyarme, de sumarme.
Lo que me entregaba el trago, eran puras restas (es decir; me quitaba), y pura ausencia de sobriedad, en el sentido de lucidez, de vida, de estar aquí, de no anestesiarme.
[En este episodio de Lo que nos habita podcast, les cuento más en profundidad mi experiencia con la “moderación” (no moderada) con que tomaba antes, y sobre mi decisión de darle un chance a la vida en sobriedad]:
Y por eso llegó el 26 de febrero de este año, el último día en que me tomé una cerveza y un vino (para celebrar, tan raro, porque vean que no podía ser solo una cerveza, tuvo que ser, PRIMERO LA CERVEZA, y después en otro restaurante, EL VINO), porque sabía que ya era suficiente.
Y lo sincrónico, es que ayer, 26 de octubre, exactamente 8 meses después de cerrar ese ciclo en mi vida, entramos a impresión de la segunda edición de Lo que queda después del sol x Editorial Planeta, es decir, empieza a nacer esto tan amado.
Cerré hace 8 meses.
Nacemos 8 meses después.
Y repito, este Fragmento no es para decirles que dejen de tomar; es para compartirles un testimonio de mi propia vida, de lo que significa ESCUCHAR los susurros de esa vocecita que sabe qué es lo real, que tantas veces no queremos escuchar.
Porque, me excusan la repetición (en realidad no): lo real, es muy inconveniente.
Dejar de tomar? Luisa RR? FUCK MEEEEEE.
Qué tan inconveniente fue eso?
Qué tan inconveniente fue no poder ignorar más esa voz que me susurraba lo real?
TANTO.
Pero.
I’m here for the ride baby.
Yo estoy aquí para el viaje real, el viaje completo, y estoy dispuesta a sumergirme, con cada célula, abriéndole espacio en mis huesos, a lo que es cierto.
*
Para vidas reales, para entrenarnos en vivirnos distinto el campo de entrenamiento que es la vida, para entrenarnos en actuar en coherencia con la voz REAL: nos vemos en VALENTÍA, mi último contenedor de coaching de este año, y el último en mucho tiempo (tal vez el último, punto), a este precio.
Empezamos este miércoles 1 de noviembre (obviamente, el 1/11, y NO fue intencional, lo juro, pero, ya sabemos que eso es lo que pasa en nuestro mundo).
Si ya estás dentro, espero tu propósito dentro de nuestro grupo.
Si no estás dentro todavía, NOS VEMOS DEL MISMO LADO.