Quiero honrar los dos años, que cumplimos hoy, de estos Fragmentos de tiempo tan nuestros, con una lista de confidencias y aprendizajes, llenos de verdad, de latidos, de lo real.
¿Por qué?
Porque para mí, escribir desde lo real, y compartirlo, es una forma de decir: gracias por leerme, a cambio, yo te entrego algo que sea verdad, y la posibilidad, de que esto real, lo vuelvas tuyo, que en esto que escribo, puedas encontrar, tal vez, una casa ajena, que te abrace, que te encuentre de vuelta, que te recuerde lo importante, que te permita abrirle un espacio en tu propia casa, a algo distinto, abriéndole espacio primero, a lo que es.
Y al escribirlo para mí; poder abrazar lo que me habita, recordar lo importante, abrirle espacio en mi propia casa, a algo distinto, abriéndole espacio primero, a lo que es.
*Antes de empezar, sobre las confidencias: no busco ni quiero ningún tipo de mensaje tipo “adelante, ánimo, tú puedes”, ni ningún “consejo”. Lo comparto por los motivos expresados arriba. Con eso sobre la mesa, saben que todos sus mensajes sobre estos Fragmentos, los recibo con la gratitud más inmensa.
Confidencias y aprendizajes
Confidencia: me siento sola la mayor parte del tiempo, es una soledad que me duele, una soledad que yo misma he construido, y al mismo tiempo, cuando no estoy sola, las más de las veces, la interacción con otros me agota, y no la disfruto.
Confidencia: los clicks más fáciles, más profundos, y más reales de mi vida, son con hombres, con contadas excepciones. Esto no es algo que me enorgullece, no lo digo como un logro, como alzando una bandera para que todo el mundo la vea, como lo diría antes. Simplemente, es. Todavía no entiendo por qué, porque no hay un origen claro, porque no hay una herida marcada que lo explique, pero así es, y así ha sido siempre.
Aprendizaje: las mismas historias seguirán vivas mientras yo decida seguir cargándolas.
Confidencia: llevo muchos años, cargando, puntualmente, dos historias, que me pesan mucho.
Aprendizaje: vivir una vida en sobriedad, implica decidir soltar esas historias, que aunque pesan, algo me entregan y por eso una parte de mí, sigue, inconscientemente, queriendo cargarlas, a pesar del peso, a pesar del dolor.
Confidencia: no le desearía nadie habitar mi mente. Mi mente ha sido tal vez mi mayor entrenadora, el motivo por el que estoy aquí; escribiendo esto, enseñando lo que enseño, siendo la persona que soy. Y por eso, aunque sea tan difícil vivir con ella, le agradezco (aprendizaje).
Aprendizaje: cuando haces el trabajo –interno, de ego, de heridas, de patrones, de embodiment, de alquimia– es posible vivir distinto lo que ha costado tanto, es posible que deje de costar, tanto, hasta que eventualmente, deje de costar (no estamos ahí todavía).
Aprendizaje: no tienes que hacer nada extra, no tienes que llenar el espacio con palabras, no tienes que inventarte palabras que no quieres decir, que hay que forzar. Puedes simplemente ser, estar, y eso será suficiente. Tu presencia es siempre suficiente.
Aprendizaje: estás sostenida, siempre. La vida te va a entregar justamente y exactamente, lo que necesitas, para estar bien. Y aunque tu mente te haga creer lo contrario, siempre vas a estar bien, siempre has estado bien, estás bien, siempre. Y siempre, has tenido con qué, porque ella te sostiene, y no te ha soltado nunca, ni te va a soltar.
Aprendizaje: entender tu origen puede apoyarte a reconciliarte con los presentes retadores, puede entregarles sentido, puede responder a la pregunta de: por qué, y así, aunque no duela menos, será un poco más fácil transitarlos.
Aprendizaje: me ha costado mucho tiempo entender eso de que el exterior es un reflejo del interior, pero lo voy entendiendo cada vez más. Cuando hay apertura en tu sistema, puedes recibir. Cuando el cambio es claro y contundente adentro, la vida afuera va a responder, clara y contundentemente.
Confidencia: me da mucha rabia con la vida en sobriedad. Siento mucha rabia hacia una vida sobria, me da mucha rabia haberla elegido. Esta es mi adolescente haciendo pataleta. Esta es mi parte más inconsciente queriendo tomar trago y fumar cigarrillos y celebrar con vino y bogarse botellas como si no hubiera un mañana.
Aprendizaje: y aun así, con toda la rabia, seguiría eligiendo la vida en sobriedad, una y mil veces, siempre, porque vivir una vida en sobriedad, es sinónimo de vivir una vida real, estando donde estoy, con mis pies firmemente anclados a la tierra.
Confidencia: casi todas las noches, especialmente estando aquí, en mi casita detrás de la casa principal frente al mar, y especialmente cuando estoy triste, cuando la soledad ahoga, quisiera dormirme pensando en él, en ellos, que existieron y que no han existido todavía, en las historias llenas de esa fantasía y de esa nostalgia tan cabrona que a mi ego le encanta. No lo hago.
Aprendizaje: sigo eligiendo la vida en sobriedad, ahí, mientras me duermo.
Aprendizaje: mi cuerpo hoy es un producto de mis elecciones de hace 10 años.
Confidencia: esas elecciones fueron muy pobres en criterio, esas elecciones vinieron de una mujer (sin serlo todavía) que no sabía amarse, a la que nadie nunca le enseñó qué era lo que necesitaba su cuerpo, cómo cuidarlo, cómo quererlo.
Aprendizaje: al cuerpo le toma tiempo sanar. Todos los años sumados de ausencia, necesitan tiempo, no sé si en la misma proporción, pero el suficiente, para llenar a esos años, ahora que vienen, de algo distinto, a ese cuerpo, de amor, y que ese cuerpo pueda saberlo, y amarnos de vuelta.
Aprendizaje: tú lo elegiste todo, muñeca, y tú lo sabes desde hace mucho. La parte de ti que te ama, la parte de ti que es real, lo eligió para ti, para nosotras. Es cierto que la parte con tu nombre, la parte con tus ojos, con tus gustos, con tu voz, con tu forma de ser, no lo elegiría nunca, porque qué humano quiere elegir, voluntariamente, algo que cuesta tanto, algo que duele? Ninguno. Y por eso es que tenemos almas, partes reales, que eligen, por nosotras.
Aprendizaje: hay renuncias que no elegimos nosotras: yo no renuncié, alguien me echó, alguien me quitó algo, que yo creía que era mío. Aprendizaje: nada es nuestro. A esas renuncias involuntarias, a esas renuncias que no elegimos, a esas cartas de renuncia que nunca mandamos, que nos dijeron que debíamos irnos, que algo cambiaría, sin querer el cambio, también podemos aprender a amarlas. Y empezamos, por la aceptación.
Confidencia: hay épocas en que me cuesta mucho agradecer; no logro sentir la gratitud en mi cuerpo. Intelectualmente enumero todos los motivos, los escribo, trato de llevarlos a mi cuerpo y no lo siento. O si lo siento, es muy efímero, no alcanza a calar.
Aprendizaje: tengo una castigadora interna muy fuerte, que me castigaría por lo anterior, y por tantas otras cosas, si yo lo permito. Esas castigadora interna a veces se ve como una perfeccionista, o como una híper “algo”, como por ejemplo: híperrespetuosa, híperresponsable, híperexigente. Mecanismos más del ego. Hoy los veo mucho más. Hoy veo lo que antes no veía, lo que antes pensaba que no existía, y por eso, solo viéndolos, hoy estoy más cerca, de eventualmente, poder transformarlos.
Confidencia: me siento como un extraterrestre dentro de mi familia, no solo mi núcleo, sino la familia grandota, de ambos lados. Cuando tengo puntos de referencia (aka: otras familias con las cuales comparar a la mía), me duele que dentro de la mía, no exista algo así: puntos donde nos encontremos, un lenguaje compartido, recepción ante todas mis cosas “raras”, que no lo son, que en otras familias, comparten, aunque sea solo un poco.
Aprendizaje: actuar en coherencia con lo que sé que es real, con lo “raro”, con lo inconveniente para tantos (también para mí), con lo contracorriente, precisamente porque nadie más lo hace (y acá trascendemos a mi familia), asusta. Porque, qué tal que no? Qué tal que lo tradicional y lo “normal”, sea lo correcto, y seguir esto que siento, sea un error? Seguirlo. Seguir refinando esa voz que late, que es mía, que sabe, que sabe.
Confidencia: la época en la que más sola me siento es diciembre. No me gustan los inicios de año. Siento mi amargura por sentirme tan distinta, por los patrones que no soy capaz de cambiar –todavía–, por tanto de lo que pesa que se activa, por mi mente cuyas mañas se intensifican por estas épocas. Se exacerba la ansiedad que ya no es una constante en mi vida, pero que sigue estando presente, especialmente en épocas como esta, y en tantas otras.
Aprendizaje: soy tan distinta, porque estaba destinada a serlo, para hacer lo que estoy aquí para hacer, aunque todavía, incluso tras todo este tiempo, no dimensione lo que es eso, ni su tamaño.
*
Lloré escribiendo esta lista, y las lágrimas para mí son un recordatorio de la magia de la escritura, que abre espacio (la llave), para poder sentir lo que pide ser sentido, que es difícil sentir de otra forma, por fuera de nuestra mente, que en ese caso (mental) no es sentir, sino pensar, y las emociones no son para pensarse, sino para sentirse.
Recordé lo importante escribiendo esta lista, para tenerlo presente para este año que empieza.
Abrí espacio dentro de mi casa (mi cuerpo, mi corazón, mi mente), para poder recibir algo distinto, al haber liberado espacio con las lágrimas (y con la escritura), y al haber anclado lo real.
*
Te invito a escribir en compañía conmigo, y con las demás Escritoras para sanar que ya están de este mismo lado, para sentir lo que reclama ser sentido, nuevo, o del pasado, para recordar lo importante, para abrirle espacio a lo que necesita ser expresado, para tener conversaciones con lo real que nos habita, y así poder acceder a un inmenso potencial de transformación (lo que sea que eso signifique para cada persona).
En Escribir para sanar & descubrir lo que nos habita, te enseño técnicas de escritura libre, expresiva, terapéutica, sí.
Pero lo más importante: gesto un círculo, para que a través de la escritura, nos encontremos.
Y especialmente: para escribir.
Y eso es lo que haremos.
Nos vemos del mismo lado de la escritura mágica, transformadora, nuestra.
Encuentras todos los detalles de Escribir para sanar, aquí.
Si no estás lista para Escribir para sanar, tendremos mi taller online de inicio de año, Escribir para comenzar, el próximo sábado 13 de enero a las 1 0 a.m. hora Colombia. En él les enseño a dotar sus proyectos de propósito, estructura, cimientos para que crezcan alto, y en el que destinaremos tiempo para hacerlo en compañía, abriéndole espacio a la voz del corazón por encima de la voz del ego. Valor: 44 USD / 177 mil COP. Escríbeme para enviarte el link de pago.
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GRACIAS POR DOS AÑOS DE FRAGMENTOS DE TIEMPO. QUE SEAN CIEN AÑOS MÁS.
Si quieres leer el primerísimo Fragmento de tiempo de todos, enviado el 6 de enero del 2022, llamado ¿Aguamalas o Aguavivas?, puedes leerlo aquí. Es muy inmenso, y muy amado, y el inicio, de todo esto que nos tiene aquí.
Gracias siempre.
Luisa, me siento igual que tú confidencia N.1 y no entiendo cómo lo cómodo y elegido puede ser igualmente incómodo y doloroso.. me sentí demasiado identificada con lo que escribiste, gracias por compartirlo 🫀