Hace un año nacieron Caoba & Gitana, y hace 5 años, en exactamente la misma fecha, 12 de febrero (sincronicidades, obviamente), me estaba preparando para dictar mi primer taller.
Empiezo por ellas, nuestras señoras locas, nuestras chicas superpoderosas, mi grandota y mi chiquita.
Mi grandota es Caoba, es más grande que Gitana, y más rojiza.
Caoba llegó confiando, llegó tranquila, llegó con esa habilidad para sentirse a salvo en el mundo, para dormir patas pa’ arriba, sin miedo al peligro, sin desconfianza en sus células, con un sueño profundo y pesado, con esa pereza que da la tranquilidad.
A Caoba no le importa mucho el mundo.
Gitana, mi chiquita, más rubia, llegó con desconfianza, llegó con el miedo en sus células, con esa falta de confianza que le impide dormir patas pa’ arriba, temiéndole al peligro (que no existe), y con un sueño más ligero, porque siempre está atenta.
Gitana vive pendiente del mundo.
Y aunque Gitana sea la miedosa, la nerviosa, Gitana es la que manda. Caoba hace lo que Gitana diga, Caoba llega a comer después de Gitana, y Caoba no puede hacer nada que Gitana no quiera, como acostársele muy cerquita.
Y aunque Gitana llegó desconfiando, y por eso al principio creíamos que no era muy cariñosa, porque nunca buscaba amor, nunca pedía que la cargaran, nunca quería dormir abrazada, ya sabemos que era solo cuestión de tiempo.
Gitana demanda amor, literalmente. Aprendió que si te raspaba con la pata, recibía todo el amor que quisiera. Y por eso usa esa pata todo el tiempo: contémplame, contémplame, contémplame. Pone ojitos de drogada con la contemplada del cuello, de la barriga, de las orejas, de lo que sea. Y vuelve a raspar con la pata si uno para, o si no le están parando bolas.
Es demandante, y al mismo tiempo, necesita más espacio que Caoba. Caoba es la que siempre está cerquita, a la que más le gusta dormir abrazada, hacerse encima de uno.
Gitana es la que se duerme lejos, pero la que al despertarse, va a buscar activamente que la quieran, con su patica, sin lamer casi nunca.
Caoba en cambio es de un amor tranquilo: se deja querer, pero no busca activamente que la quieran (a excepción de la dormida abrazada), y lame más.
Ambas tienen la verdadera definición de ojos color sol.
Yo soy Gitana.
Llegué desconfiando, temiéndole al peligro que no existe, con un sueño más ligero, pendiente del mundo. Pero soy la que manda jejeje. Y con un poco de tiempo, aunque pueda parecer lo contrario, demando amor, pero necesito espacio.
Llegué con miedo, crecí con miedo, viví con miedo, hasta que aprendí que ese miedo era mi compañero, y que podía decidir bailar con él.
Y empezó el baile, el baile grandote, el 12 de febrero del 2019, enfrentándome (porque así se sentía: enfrentar) al primer grupo al que iba a enseñarle, con ese miedo terrible.
O empezó antes, cuando decidí que hacer eso que me aterrorizaba, iba a ser mi trabajo.
O empezó antes, cuando decidí compartirme con el mundo en una cuenta de Instagram.
O empezó antes, cuando decidí irme para la india con 25 años, sola, cuatro meses, sin nunca haber viajado sola.
O empezó antes, cuando descubrí a mis mentoras y por ende, empecé a descubrirme a mí.
Pero empezó, no importa cuándo.
Empecé, no importa cuándo.
Y hoy la cuenta me dicen que son 5 años, y si esto han sido los primeros 5 años, no puedo ni dimensionar, lo que serán los vienen.
Porque los primeros 5 años, 3, 2, 1, son eso: los primeros, el inicio.
Sé que estoy empezando, apenas. Y sin embargo, es mucho lo que he aprendido decidiendo bailar con mis miedos, emprendiendo, compartiéndome, poniendo lo que me habita, al servicio de la creación.
Y por eso es que puedo enseñarlo, y por eso es que decido hacerlo.
Y por eso hoy, aniversario número 5 enseñando, primer cumpleaños de mis cachorras, es que abrimos puertas oficialmente para LO REAL QUE NOS HABITA AL SERVICIO DE LA CREACIÓN.
Un proceso de 3 meses para caminar en compañía, para vivirnos distinto lo que estamos aquí para aprender (lo que nos cuesta), y decidir poner lo que sabemos, lo que nos habita, lo que gestamos, al servicio de la creación.
Si estás familiarizada con mis espacios: será una mezcla de The Creation Academy + Catalyst, llevado al siguiente nivel.
Un contenedor de reconexión con nuestra libertad creativa, con nuestra autoexpresión, con lo REAL que nos habita, para recordarlo a lo largo de nuestro proceso creando, compartiéndonos, vendiendo (si es el caso, puedes estar solo iniciando, lanzándote), sosteniendo el vacío, y todo lo que el proceso trae.
Un contenedor para recibir apoyo constante y personalizado en un escenario grupal, más toda la información y herramientas que pondré al servicio, de tu proceso, de tus creaciones, de tu mundo interior.
Nos vemos del mismo lado?