En el Fragmento anterior les compartí mis 18 principales aprendizajes en esta Travesía de regreso a casa (y podrían haber sido más, e importante: AHÍ NO ESTÁN LOS QUE MÁS ME SIGUEN COSTANDO, AHÍ NO ESTÁN AQUELLOS QUE NO HE APRENDIDO, AHÍ NO ESTÁN MIS PROFUNDOS TALONES DE AQUILES, para que no crean que soy una ser humana ya culminada llena exclusivamente de aprendizaje y expansión. No. Nunca culminada. Con muchos aprendizajes pendientes, todavía).
En este Fragmento quiero compartirles las 18 decisiones más importantes que he tomado en esta Travesía de regreso a casa, que han revolucionado mi existencia.
Comprar una little black book a mis 16/17 años más o menos, mi primera libreta negra. Y no parar de comprarlas (ni de llenarlas), desde entonces.
Decidir estudiar Derecho. Sí. Aunque técnicamente fuera un “error”, el regalo de ese error, fue darme cuenta muy rápidamente, que me había equivocado, y que ese no era mi camino, para así, elegir distinto (pero esta decisión vendría después).
Empezar a estudiar autoconocimiento (suena muy loco escribir esto), por mí y para mí (sin tener ni idea, que esa pasión tan inmensa, luego se convertiría en mi trabajo).
Crear una página de Instagram donde compartía lo que pensaba, sentía, aprendía, leía, sabía.
Irme a vivir a la India, sola.
Decidir que mi trabajo sería dictar talleres de meditación (y aunque –también muy rápidamente– supe que ese no era mi camino, decidir hacerlo, abrió puertas que jamás imaginé posibles para mí).
Empezar a enseñar autoconocimiento con mi curso Lo que nos habita. (Ahí, también muy rápidamente, supe que ese SÍ era mi camino).
Lanzar un curso virtual de escritura enfocada en autoconocimiento, Escribir para sanar, sin jamás haber estudiado nada alrededor de la escritura, basado enteramente en mi experiencia de vida.
Seguir lanzándolo, mes, tras mes, tras mes, durante dos años seguidos.
Atreverme a crear, y a compartir con el mundo lo que creaba, sin descanso, demostrándole así a mi mente la fuente inagotable de creatividad, de valentía, de compromiso, que me habitaba (y que me habita).
Publicar mi primer poemario: Lo que queda después del sol (MUERTA DE PÁNICO, por la vulnerabilidad que acompaña a mis poemas).
Reconocerme escritora, artista, poeta.
Decidir trabajar 1:1 con personas (MUERTA DE PÁNICO).
Decidir reconciliarme con el término coach, y sentirme hijueputamente orgullosa de serlo.
Decidir invertir en mí (en programas de coaching y en espacios de mentorship grupales –Masterminds– y 1:1), desde una nueva consciencia e intencionalidad (= abundancia mindset): ESTO ES UNA INVERSIÓN EN MÍ. POR ENDE, ESTA ES LA INVERSIÓN MÁS IMPORTANTE QUE PODRÍA HACER. ME ASUSTA COMO UN HP EL VALOR DE LA INVERSIÓN, pero tengo con qué sostenerla, aunque implique usar todos mis ahorros, vaciar mis cuentas, ver la plata “desaparecer”. (Y OJO AQUÍ: todo esto ha sido así para mí, porque estoy A SALVO llevando a cabo esas inversiones, yo no tengo responsabilidades ni deudas aparte de mi propio crecimiento/formación).
Creerme el cuento alrededor de la coach y mentora que soy, y de lo que tengo para entregar en cualquier espacio que ofrezca, y actuar acordemente.
Decidir, que el regreso a mi cuerpo, que la homeostasis en mi cuerpo (equilibrio) es mi trabajo más importante en este planeta, y actuar acordemente; con mis hábitos, con mi alimentación, con mis elecciones.
Decidir dejar el alcohol, eligiendo así una vida en sobriedad.
La mayoría de estas decisiones, fueron posibles, gracias a conocerme. Gracias a identificar cuál es mi aprendizaje y mi trabajo principal en este planeta, y por ende, cuál es mi camino del amor, y elegirlo.
Yo jamás hubiera decidido no ser abogada, sin el autoconocimiento.
Yo jamás hubiera decidido empezar a compartir lo que me habitaba, sin el autoconocimiento.
Yo jamás hubiera decidido ser emprendedora, sin el autoconocimiento.
Yo jamás hubiera pasado del mundo de las ideas, al mundo de la acción y de la creación, sin el autoconocimiento.
Yo jamás hubiera decidido distinto, de la forma en que lo he hecho a cada paso del camino, sin el autoconocimiento.
Y cuando digo autoconocimiento, quiero decir: trabajo de ego.
El trabajo de ego, es lo que me ha permitido, decidir lo que he decidido, seguir decidiendo lo que hoy decido, y por ende vivir una vida mucho más libre, más mía, más elegida.
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Te enseño cómo hacerlo, en Travesía 2.0: Conocernos para transformarnos, a través de herramientas como:
Autoconocimiento profundo
Trabajo de ego
Eneagrama
Funcionamiento del Universo
Herramientas del Amor
PRECIO ESPECIAL DE EARLY BIRD HASTA ESTE MARTES 6 DE JUNIO.
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Mis repitentes: nos vemos ahí.
Porque, primero: la Travesía no termina.
Porque, segundo, mis programas pueden llamarse igual, y nunca serán iguales.
Porque, tercero, yo soy distinta y ustedes son distintas/os.
Porque, cuarto: Travesía 2.0, viene con mucha actualización, y tanta más expansión.
El precio especial de EARLY BIRD también es para ustedes, también válido hasta el 6 de junio.
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Así que.
A por esa Travesía muy nuestra.
Nos vemos del mismo lado.