En la tarde de este lunes 17 de abril que pasó, el cielo se puso furioso.
En un instante todo se tornó oscuro, pero no era un oscuro del todo, era un oscuro cálido, un oscuro dorado. Un oscuro dorado de esos cielos apocalípticos, como si en medio de la lluvia, o detrás, hubiera un incendio.
Lo había.
Estaba tan gigante el sol detrás, que lograba atravesar la tormenta, que lograba seguir existiendo, en medio de ella.
Empezó a caer hielo del cielo, la lluvia lo azotaba todo, el estruendo asustaba a mis perros, y parecía que el mundo se iba a acabar.
Pero yo sabía, que estaba comenzando.
En medio de ese fenómeno tan oscuro, tan dorado, una voz dentro de mí me dijo: sal. Quítate la ropa y sal. Sumérgete en ella. Sumérgete en la tormenta inundada por el sol, o por el sol inundado por la tormenta. Sumérgete en ese cielo oscuro dorado. Ve y siente el frio. Ve y siente la fuerza. Ve y siente la vida.
Así que me quité la ropa, me puse un vestido de baño (desafortunadamente, mi casa estaba muy habitada en ese momento como para salir empelota), me cubrí con una toalla, y salí.
Mi papá al verme: qué vas a hacer.
Y yo solo me reí, porque él solo con verme, ya sabía lo que iba a hacer, y la pregunta sobraba.
Mi papá: te va a caer un rayo.
Yo: no.
“No puedes quemar a una mujer que está hecha de fuego”.
Yo sabía que lo que me estaba moviendo a sumergirme en esa tormenta, a estar bajo ese cielo oscuro, bajo ese cielo dorado, era tan grande, tan cierto, que ningún rayo podría alcanzarme.
Así que fui a sentir el frío, a sentir la fuerza, a sentir la vida, y a sentir la verdad.
Una verdad recorriéndome los huesos, cada célula, cada fibra.
Y ahí, congelada y tiritando, pero muy viva, me abrí a recibir esa verdad:
Truth I am open. I am willing. I am decided. Verdad Estoy abierta. Estoy dispuesta. Estoy decidida. Guíame de regreso a casa.
Y la sentí recorriéndome los huesos, cada célula, cada fibra.
*
En nuestras vidas, siempre será una elección, sumergirnos en la tormenta. Y aquí la palabra tormenta puede representarlo todo:
Una tormenta, literalmente Una decisión expansiva, que nos asusta tanto Un próximo paso alineado, muy nuestro Una dicha profunda Un dolor profundo Una etapa tan retadora Una etapa tan expansiva Un inicio que sabemos que es el nuestro, y que nos aterroriza Un final que sabemos que es el nuestro, y que nos aterroriza Una tormenta, literalmente
Y también podemos elegir: ignorar la tormenta, evadirla, rodearla, tocarla un poquito, pelear con la tormenta, posponer sumergirnos en ella.
O simplemente, sumergirnos.
Así que.
Muchas tormentas vienen para nosotras (de esas que no son más que el paso cero de los arcoíris más mind-blowing del universo):
IT’S POWER TIME MASTERCLASS. Este sábado 22 de abril. Para mujeres listas y decididas a reconectarse con su poder.
SOMOS ELLA (programa). Empezamos el 2 de mayo. Te llevas IT’S POWER TIME incluida en tu inversión. Para reconectarnos con la mujer que ya somos, y la mujer que nos espera, y por ende, con nuestro poder.
CATALYST MASTERMIND. Empezamos el 10 de mayo. Te llevas todo lo anterior, Y TANTO MÁS. Catalyst es mi espacio de coaching de alto nivel, para recibir apoyo personalizado en un entorno grupal y una calibración revolucionadora de existencias (y de emprendimientos, actuales o potenciales). Solo para coaches, mentoras, terapeutas, emprendedoras, creativas, artistas emprendiendo o en proceso de hacerlo, o en proceso para darle vida a algo grande. Lee los detalles con detenimiento aquí.
Estas tormentas, para que esa verdad que estamos buscando, que nos está buscando de vuelta, y que sabe algo que nosotras no sabemos, nos guíe de regreso a casa (lo que haremos en todos estos espacios).
Nos vemos del mismo lado de la tormenta, que sea la tuya.
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