Ustedes saben que a mí no me gustan los clichés (aunque los uso un montón), ni lo mainstream, ni lo ordinario en términos de “común”, ni lo repetido, ni lo que todo el mundo hace, ni lo “normal”, ni lo”comercial”, pero gran parte de esto viene de mi ego (y por ende lo he trabajado, donde sé que me apoya hacerlo); a mi ego le gusta ser diferente, le gusta lo que resalta, lo raro, lo único, lo “anormal” jeje.
Por eso usualmente yo no voy a desearles feliz día de la mujer, ni navidad, ni de san valentín ni ninguna de esas ch*mbadas jajaja.
AUNQUE, me derrito si la persona con la que estoy me regala flores o chocolates en cualquiera de esas fechas porque SOY UNA ROMÁNTICA EMPEDERNIDA, y amo navidad con toda su parafernalia, por ejemplo.
Y sin embargo.
A propósito del día de la mujer, hoy quiero escribirnos una oda (que no sé si termine siéndolo, una vez termine de escribir), porque todo mi camino con el ser mujer, ha revolucionado mi existencia.
Así que.
A la mujer que nos esperaba Perdóname. no sabía que estabas esperándome. A la mujer que fuimos Perdóname. no sabía cómo tratarte no sabía cómo vivirte no sabía qué le hacía bien a tu cuerpo no sabía cómo funcionaba tu cuerpo qué pedía qué imploraba cuál era su casa no sabía que había joyas ocultas en tu interior no sabía que eran nuestras no sabía que lo que hacía era enterrarlas con cada rechazo con cada práctica que no era para nosotras con toda la ignorancia con lo aprendido no sabía que fui yo quien las perdió de vista porque siempre existieron esas joyas ocultas y yo siempre pretendí existir en otro cuerpo en otro género en un espacio “más fácil” menos complicado con menos sangre A la mujer que fuimos Perdóname. por pretender que cupieras en espacios reducidos por los kilos de menos por el exceso de cardio por la falta de nutrientes por el énfasis en aquello que vale chimba como la apariencia esperada como la textura esperada como la dureza esperada como todas esas cosas que no tienen alma y que a otros cuerpos distintos a los nuestros no se les exige A la mujer que fuimos Perdóname. por la exigencia por interrumpir la sangre por olvidar que nuestro cuerpo es una iglesia la plegaria la respuesta el milagro perdóname por no saber que tú eras nosotras y que nosotras nos gritaba que la escucháramos A la mujer que somos y a la que seremos gracias por esperarnos por entender por recibirnos de vuelta por guiarnos de regreso a casa A la mujer que somos y a la que seremos por un hoy en el que estamos juntas por un hoy en el que lo importante ha sido recordado en el que vamos limpiando de la pizarra lo que los profesores de otros tiempos tildaron de verdades y vamos con nuestros cuerpos sin ropa en medio del agua con nuestros pies llenos de tierra con el sol en nuestros brazos decidiendo las nuestras las ciertas los latidos de estos cuerpos que siempre fueron nuestros Por las que no pudieron recordarlo. Por las que aún no recuerdan. Por las que vamos recordando. Por ellas. Y por nosotras. Gracias.