¿Qué tal si lo único que tuvieras que hacer, es escribir?
¿Qué tal si lo único que tuvieras que hacer, es bailar?
¿Qué tal si lo único que tuvieras que hacer, es pintar?
¿Qué tal si lo único que tuvieras que hacer, es cantar, cocinar, collagear, descansar, crear?
En muchas sociedades chamánicas, si recurrías a un chamán o a una persona medicina aquejada por tener el corazón roto, estar sin espíritu o deprimida, te hacían una de cuatro preguntas.
¿Cuándo paraste de bailar?
¿Cuándo paraste de cantar?
¿Cuándo dejaste de ser encantada por las historias?
¿Cuándo dejaste de encontrar comodidad en el dulce territorio del silencio?
Cuando hemos dejado de bailar, de cantar, de ser encantados por las historias, o de encontrar comodidad en el silencio, es cuando hemos experimentado la pérdida del alma.
Bailar, cantar, contar historias y el silencio son los cuatro universales bálsamos sanadores.
~ The Four-Fold Way: Walking the Paths of the Warrior, Healer, Teacher and Visionary, Angeles Arrien
La anterior, una de las citas más llenas de latidos para mí, que me ancla de regreso a lo real, a lo simple, y me lleva a sentir, siempre, el estremecimiento de la verdad. Creo que solo la he compartido en Creernos el cuento, una masterclass que dicté ya en el 2021, y la traigo para dejarla aquí, en esta bitácora llamada Fragmentos de tiempo, en su modalidad de Fragmentos Distintos.
El ruido no es territorio fértil para el arte.
La decisión de convertirlo en música, sí.
La tristeza, sí.
La quietud, sí.
Lo real, sí.
Ruido: comparación, redes sociales, hiperhacer, hiperproductividad, no-descanso, distracciones (volvemos a las redes sociales, e incluimos la hipersocialización y la fantasía), anestesiamientos (alcohol, drogas, comida, netflix, sexo, y volvemos a las redes sociales).
En presencia del ruido, solo hay una opción (de amor), que en la práctica se traduce en múltiples opciones.
La única opción: convertir al ruido en música.
Así se ve en la práctica:
Cerrar Instagram (o tiktok o lo que sea), para escribir, bailar, cantar, pintar, cocinar, collagear, es decir: crear.
Porque hay tres formas inmensas para anclarnos de vuelta a la tierra, a lo real:
Usar nuestras manos
Mover nuestro cuerpo
Y usar nuestra voz (por eso cantar, duro, en voz alta, a grito herido si se puede, es tan sanador).
Dejar de estar en modo bucle en nuestra mente para escribir, bailar, cantar, pintar, cocinar, collagear, es decir: crear.
Lo hemos hablado en Escribir para sanar, a propósito de la escritura puntualmente: una cosa es pensar, otra cosa es escribir pensando, o pensar mientras escribimos (muy distinto). Porque aunque escribiendo también estemos pensando, aunque escribir sigue siendo un acto racional (las más de las veces), ya no es la mente andando sola, deambulando por ahí sin correa, ya es la mente siendo guiada por las manos, por la escritura, por el acto tangible, manual, motor, de escribir.
Cerrar Instagram (o tiktok o lo que sea), para salir del modo bucle mental, para buscar activamente la inspiración
Se los he compartido antes, un par de veces, en Instagram: una de mis formas por excelencia, favorita, para salir de bucles mentales que no me apoyan, para sacarme de estados emocionales tipo “down” que siguen siendo mentales (y por ende, no reales), es ver videos de Spoken-Word Poetry o poesía interpretada, en youtube. Basta con ver uno solo. Lo cambia todo, me llena de estremecimiento, de cosquillas, de tristeza un poquito, a veces, sí, pero volviendo arriba: la tristeza también es territorio fértil para el arte.
Les dejo aquí mis dos videos favoritos de Spoken-Word Poetry, por los siglos de los siglos. Y tal vez el motivo por el que no tenga más que compartirles, es porque siempre vuelvo a esos mismos, porque con ellos, me basta.
Sarah Kay & Phil Kaye - When love arrives
Rudy Francisco @ Toronto Poetry Slam Finals 2017
Tal vez esta no sea su ruta para interrumpir bucles mentales, tal vez no sientan nada, tal vez no toque fibras. Tal vez sí. Encuentren la suya. Decidan que pueden volver a ella. Vuelvan a ella.
Buscar activamente la inspiración, no significa necesariamente CREAR, significa eso: permitirnos estar en modo búsqueda. DECIDIR estar en modo búsqueda. Abrirnos, a que esa inspiración nos encuentre, porque la estamos buscando, de vuelta.
Buscar la inspiración, es convertir al ruido en música. Es tomar un estado emocional(mental) bajito, y llenarlo de cosquillas.
Una de las formas más efectivas también para abrir la llave pensando en la inspiración, es caminar. Es el sinónimo de usar nuestras manos para anclarnos de vuelta a lo real, pero ahora con nuestros pies. Es poner en marcha nuestro cuerpo, para que con el movimiento, pueda llegar la música, es decir: algo distinto, las ideas, la inspiración.
La tristeza, la quietud, y lo real, como territorios fértiles para el arte
La tristeza
A una de mis alumnas de Escribir para sanar, de los primeros grupos, hace años ya, le escribí: Espero que cada día sigas encontrando la luz que se filtra por las grietas (que llegó a Lo que queda después del sol), porque en uno de sus escritos, ella escribió sobre eso; sobre cómo a pesar del dolor, su luz interna pudo salir por ahí.
Por las grietas pues siempre las hay. Y la luz siempre está. Y esta solo necesita un pequeñísimo espacio para empezar a salir. Suficiente para mostrarnos que no todo es oscuridad. Espacio que poco a poco le va quedando chiquito; a esa luz, que antes era pura oscuridad -o eso parecía-. Así que a las grietas no les queda otra opción que agrandarse ampliarse empezar a desdibujarse en medio del cuerpo que las contenía para permitirle a la luz volver a salir. L.RR
Riego mis grietas, para que las flores vuelvan.
@lunatintaypluma
El arte es una herida hecha luz.
Georges Braque
El arte es una grieta hecha luz una grieta convertida en maleza un espacio vacío que se llenó de verde de un verde imposible de flores rebeldes descaradas porque cómo crece algo ahí en un territorio hostil árido seco vacío? Crece porque para eso está diseñada la vida para crecer para que crezcamos donde sea que la vida nos plante Y cuando hay tristeza es decir grietas es porque del otro lado la música esa música verde nos espera. L.RR
La quietud
La quietud puede ser sinónimo de ausencia de ruido.
La quietud puede ser sinónimo de descanso.
Ausencia de ruido no significa necesariamente descanso.
Ausencia de ruido, significa convertir al ruido en música, como fue escrito arriba.
Es decir, igual estamos haciendo, pero no llenas de bulla, no llenas de contaminación (mental, auditiva, emocional), sino de música (inspiración, manos, tierra, creación, creatividad, anclaje a lo real).
Descanso entonces significa, abrir espacio en nuestro sistema, a través del no-hacer, a través de la quietud.
Lo que ocurre con el descanso, es que la mente (en el caso de muchas mentes) lo registra como contraproducente: cómo voy a descansar, a no hacer, si tengo tanto por hacer? Cómo voy a descansar, a no hacer, si no tengo resultados? Cómo voy a descansar, a no hacer, si NECESITO estos resultados? Cómo voy a descansar, a no hacer, si estoy en pleno lanzamiento? Cómo voy a descansar, a no hacer, si no estoy donde quiero estar? (y súmele a la lista lo que sea que su propia mente le diga).
Y lo que ocurre, es que honrando lo REAL, podemos elegir eso paradójico: descansar cuando menos conveniente se siente, no-hacer cuando nuestra mente grita: SIGUE HACIENDO, o peor, HAZ MÁS.
Ojo, con esto y con todo lo que escribo, hay que sumarle el discernimiento. Hay mentes (egos), que se refugian en el no-hacer, como mecanismo de autosaboteo que se traduce en parálisis, sensación de incapacidad, profecías negativas autocumplidas alrededor del fracaso e imposibilidad. Esto no es para esas mentes.
Esto es para las mentes con tendencia al hacer, a la contracción fruto de la acción excesiva o no alineada.
Episodio recomendado de Lo que nos habita podcast:
80. El exterior como reflejo de nuestro interior + generar apertura en nuestro sistema (link a Apple podcasts aquí).
Lo real
Lo real será siempre territorio fértil para el arte, por el hecho de ser real, por el hecho de ser nuestro.
Por eso es que en nuestros espacios de escritura, la única regla que tenemos es: escribe lo que sea REAL.
En el camino creando (y viviendo) vamos encontrándonos con eso que la vida quería crear a través de nosotras. Tenemos permiso para crear mucho, para crear desde lugares no reales (creyendo en un principio, que lo son), para perder de vista lo real a lo largo del camino, porque todo está siendo el terreno de juego, de práctica, para ir refinando ese attunement, esa calibración, a la frecuencia de lo real para nuestro camino, para nuestras creaciones.
De forma menos abstracta: todos los seres humanos estamos en un entrenamiento para ir descifrando y encontrando aquello real que quiere cobrar vida a través de nuestras manos, de nuestra voz, de nuestras huellas, y de una forma que sea nuestra.
En ese viaje, nos equivocaremos, pero el viaje siempre nos estará conduciendo, a ese lugar, que ya es el nuestro.
Pero lo cierto es que no hay viaje, ni errores(regalos), ni encuentro con lo real, si no caminamos para encontrarlo, para equivocarnos primero, para olvidar lo importante, y volverlo a recordar.
Dos libros recomendados
(Y me siento recliché, porque son biblias de la creatividad y de lo real pensando en la misma y por ende famosísimos, pero sé que siempre hay alguien, o que no los conoce, o que necesita ese último recordatorio para hacerle caso a la recomendación) :
Big Magic de Elizabeth Gilbert
El camino del artista de Julia Cameron (en el que nos sumergiremos en Lo real que nos habita al servicio de la creación, para vivirnos ese proceso de 12 semanas que propone el libro, juntas, modo Club de lectura, que en este caso sería: Club de creatividad, Club de práctica creativa, porque el libro más que un libro, es eso: una práctica creativa, un entrenamiento creativo, una inmersión en lo real).
No siendo más, con esto último dicho:
Las puertas para Lo real que nos habita al servicio de la creación, ya están abiertas.
Y aunque yo no sea coach en creatividad, SÍ soy coach en LIBERTAD CREATIVA, piedra angular de lo que será este nuevo proceso en compañía, para convertir al ruido en música, para ir al encuentro de lo real, para poner lo que nos habita, al servicio de la creatividad, de la música, de nuestros latidos, de nuestro tamaño real (inmenso), de la creación.
Hay opciones de pago disponibles.
Si es posible desde lo real para ti, hazlo posible para lo real en ti.
Nos vemos del mismo lado de lo real que nos habita al servicio de la creación.