Tuve una experiencia sublime, ahorita bajando Palmas. Me vestí para día frío, de invierno, de lluvia. Manejando, bajando Palmas, con todas las nubes encima y al frente (pero no eran grises, eran unas nubes muy blancas) el cielo se empezó a abrir. Era una mezcla imposible de neblina, con el verde vivo de la montaña, con el sol de las 8:15 de la mañana, volviendo al verde más verde, poniéndolo todo a brillar –y aquí mientras escribo esto, tengo que respirar duro por la boca, modo pitillo, porque podría estar teniendo sexo en este momento fácilmente, así de intensa es la sensación–. Y eso era lo que sentía manejando ahorita, con esa luz imposible. Pero eso no fue lo sublime. Lo sublime fueron las lágrimas. Me inundó un amor profundo. Honestamente no sé qué fue lo que me inundó. Era algo parecido a la tristeza. Pero no era tristeza. Era un corazón roto. Pero no dolía (algo, sí). Dolía por la belleza. Me dolía la belleza. No era un corazón roto. Era un corazón abierto. Se me abrió el corazón y salieron las lágrimas. Eran lágrimas por la belleza de la vida, toda ella, completa. No estaba llorando solo por la imposibilidad de ese verde, de esa luz dorada, de esa niebla tranquila. En un punto supe que lloraba por todo lo bello que existe –y odio la palabra bello, pero solo llega esa, busqué mucho otra, pero solo esa se siente precisa–. Lloraba por lo paradójico de este planeta tan verde, tan divino: venimos a amar todo lo que amamos, para morirnos, para que todo lo que amamos, se muera. Lloraba porque estoy viva. Porque sé vivir, como vive quien verdaderamente está viva –sigue la sensación de estar siendo devorada por un hombre, pero me devora es la vida–. Lloraba porque tenía el corazón partido: por todo. Por la lucidez de este momento. Por la lucidez de lo que es. Porque hoy tengo unos ojos lúcidos, abiertos, que pueden ver, esa belleza que duele tanto, y amarla, con todo su dolor.
escritura análoga del 27 de junio de 2025. 9:27 a.m.
Posdata.
Tenemos puertas abiertas para nuevo grupo de Latir con las manos (latidos & escritura)
*CAMBIO EN LAS FECHAS: escribiremos dos sábados de julio y dos sábados de agosto
Fechas actualizadas: julio 19, 26 & agosto 2, 9
Nuestros grupos son pequeños, así que si no pueden unirse a alguna fecha, hacemos todo lo posible para coordinar como grupo, para que todas (o la mayoría) podamos estar en vivo, aunque eso implique reprogramar sesiones, por eso es importante la flexibilidad.
Aquí encuentran toda la info, los cupos son limitados.
Y aquí un mensaje de una de las mujeres que fue parte del último grupo:
Latir con las manos (latidos & escritura): un mes de escritura al servicio de la conexión con lo que nos habita, de nuestros latidos, y de la apertura del corazón.
Hermoso.
Gracias por transmitir la belleza y el extasis 🙌