¿Cómo fue tu proceso de soltar el guion para compartirte en estos espacios (redes) y en el podcast?
Contexto: El guion existía para mí, efectivamente, en el podcast, y a la hora de dictar clase. Para el podcast, era literal: leía palabra a palabra lo que les estaba “diciendo”. Para mis clases, era más a modo de estructura –muy rígida–, ya no leída, pero sí de la cual no me salía (por ejemplo: en este punto, después de tocar este tema, digo este ejemplo). Y por eso había muy poco espacio para que saliera en tiempo real lo que quería salir (un ejemplo distinto, por ejemplo) y en el podcast, había nulo espacio.
Mi proceso para soltar el guion no fue un proceso, sino una decisión. Darme cuenta, pensando en el podcast: si sigo leyendo, jamás voy a desestructurar la creencia que me dice “solo eres buena para escribir, no para hablar, solo es valioso lo que escribes, no lo que dices”, porque, efectivamente, estaba leyendo, y no hablando. Así que, muerta del terror, dejé de escribir los guiones, y empecé a sentarme frente al micrófono a simplemente decir lo que saliera de mi boca. Para darme cuenta, de que lo que decía, era igual de valioso que lo que escribía.
Con las clases, fue más gradual. Paré de tener esa estructura rígida, a tener por ejemplo un archivo con los temas que iba a abordar, con párrafos de info que quería compartir, todavía muy en modo: esto es lo que tengo que decir. Luego ya no tenía un archivo con párrafos de info que quería decir, sino solo una lista de puntos importantes a abordar. Después me di cuenta de que a veces refirme a esa lista de temas, me sacaba del flow en el que estaba, y dije: no voy a tener nada. Y así fue. Llegó con una idea, un tema central, una frase, o una de sus preguntas, y enseñó a partir de ahí, permitiendo lo que salga.
Cómo diferenciar la voz del ego cuando escribes para reconocer tu voz para dejar de repetir un patrón
De antemano: vas a seguir repitiendo el patrón. Nos vemos en Nuestra Arena.
Ahora: una de las claves para reconocer la voz del ego, es ir a la motivación. ¿Qué quiero lograr con esto, qué busco con esto, qué quiero evitar con esto? ¿Es esta una elección guiada por el miedo? ¿Es esta una elección guiada por aquello que conozco, para protegerme de lo que no?
Pero acá es donde entra la parte compleja: hay elecciones llenas de miedo aparejado, que precisamente por eso son las elecciones reales, en términos de: este es mi camino del amor, de la valentía, de la intencionalidad. Podrías entonces preguntarte: ¿con esta decisión, estoy decidiendo abrirle los brazos al miedo, o estoy huyendo de él? Y traducir esa pregunta a tu escritura para indagar sobre lo que escribes.
¿Tiene/usas tiktok? ¿Por qué sí o por qué no?
Sí tengo. No lo uso como consumidora (ya soy suficientemente adicta a Instagram como para sumarle otra adicción a la ecuación). Tampoco lo uso como creadora (jajaja). He intentado y he tenido rachas de consistencia, pero me he bajado del tren todas las veces y no he logrado permanecer montada en él. Porque lo cierto es que no he querido, no lo he decidido de verdad.
Y podría comprometerme, sí. Pero no es lo que se siente de servicio para mi proceso en este momento (aunque, paradójicamente, podría ser de inmenso servicio pensando en mi emprendimiento). Pero en este momento, mi prioridad es otra.
Muy tema de LRQNHASDLC –seguimos en etapa de precio especial–.
¿Qué hago con la rabia, odio, resentimiento? ¿Cómo se toma eso? ¿Cómo se siente eso? ¿Cómo se ve eso?
Sentirlos para sacarlos de tu sistema (lo cual no ocurre con una “sentida”). Tienes que sentir la rabia: sacarla físicamente, sacarla escribiendo. Gritar/golpear todos los días. Escribir odiando al mundo todos los días. Abrirle espacio todos los días.
Cuando sabes quién eres, pero no encuentras ningún oficio terrenal y te sientes perdida. ¿Cómo te encuentras? ¿O cómo lo encuentras? ¿O cómo lo buscas?
¿Seguro sabes quién eres? Tal vez eso es lo que te está manteniendo en ese infierno que estás viviendo. Creer que deberías estar en un lugar distinto al que estás, porque “he hecho mucho trabajo, yo ya sé quién soy, esto debería ser distinto”. Y si en cambio te permitieras contemplar: no tengo ni idea de quién soy, ni para qué estoy aquí, ni qué es lo que está en las cartas para mí, y moverte desde ese lugar.
Empieza a hablar con la vida, no desde un lugar de demandar respuestas, sino de estar abierta a las preguntas, y a ser guiada. Por ejemplo: dime vida cómo quieres que te viva, que yo vivo solamente. Por ejemplo: vida, estoy dispuesta a escuchar, y a hacer no lo que yo quiero, sino lo que tú quieres para mí. Vida: suelto las ideas que tengo sobre lo que debería ser, y me dispongo a seguir lo que tú me muestres, a seguir lo que es.
Por último: ¿y si no hubiera nada qué buscar, y si no hubiera nada qué encontrar, y si este lugar en el que te encuentras, es el lugar en el que debes estar?
Crees en los lenguajes del amor (en pareja pues) o qué piensas de eso. Por ejemplo: en una relación de pareja, ¿los detalles hay que pedirlos, hay que decirlos, nombrarlos?
Sí creo en los lenguajes del amor. Y pienso que gran parte de esos lenguajes del amor vienen de las heridas de nuestras niñas, de lo que nuestros vacíos quieren para llenarse (por lo general, no todas las veces).
Por ejemplo: cuando asocio el: si no me das regalos, es que no me quieres. ¿Es eso verdad? ¿O esa persona te demuestra de una cantidad de otras formas distintas que te quiere, pero tú estás empeñada en la que quieres tú?
Por ejemplo: cuando asocio el: es que tú no quieres pasar tiempo solo conmigo (tiempo de calidad) sino también con otras personas, y eso significa que mi presencia no es suficiente para ti. ¿Es eso verdad? ¿O eso simplemente significa que aparte de compartir tiempo contigo, para esa persona también es importante compartir con las otras personas a las que quiere?
Ahora, sí. Si la persona con la que estás no está acostumbrada a los “detalles” y es algo importante para ti, puedes expresarlo. Pero expresar no puede equipararse con demandar, exigir. Puede que esa persona reciba lo que expresas. Puede que no. Si no lo hace, ahí la pregunta es: ¿puedo ver todas las otras formas en que esa persona me quiere? ¿Existen esas otras formas? ¿Puedo trascender lo que no, y quedarme con lo que sí? ¿O definitivamente pesa más lo que no?
¿Qué pasa cuando la vida se siente demasiado pesada, injusta, dolorosa?
Te rindes.
Permites que el dolor te abra.
Recuerdas que la injusticia no existe.
O recuerdas que la vida, sí, es terriblemente injusta.
¿Y entonces?
¿Qué hago en presencia de esta injusticia?
–Todo esto es tema de Nuestra Arena–
Te preguntas: qué sería dejar mis armas sobre el suelo aquí.
Te empiezas a entrenar en moverte momento a momento.
¿Qué sería encontrarme con este momento, estar con este momento?
Recuerdas: esta es mi arena, y una parte que sabe algo que yo no sé, la eligió para mí.
¿Crees que es verdad que cuando uno le tiene miedo a algo, se termina haciendo realidad?
A veces sí.
A veces no.
Cuando sí, es porque ese miedo estaba en nuestras cartas, para vivirlo, y alquimizarlo (que se rompa el hechizo que ejerce sobre nosotras).
Cuando no, es para que tengamos una muestra de lo poderosa que es nuestra mente, que nos lleva a vivir un montón de cosas, que nunca vivimos en realidad.
Ahora, es importante sentarme con mi miedo para sentir lo que está debajo, nunca se trata de “hacerme la boba”. Pero es igual de importante interrumpir bucles obsesivos de pensamiento, para redireccionar nuestra energía mental hacia algo que sea de servicio, y dejar de nutrir aquello que, en este instante, no está aquí.
¿Cómo conectar con mi propósito de vida?
La respuesta espiritual sería: tu propósito está aquí, con lo que está frente a ti, con lo que puedes hacer hoy, en el lugar en el que te encuentras, no hay que ir a buscarlo.
Pero para nuestra mente humana esa respuesta es muy difícil de recibir. Así que aquí te entrego una variación:
Permítete no saber, y abrirle espacio a la pregunta: no tengo ni idea de para qué estoy aquí, no sé cuál es mi propósito de vida, y no sé cómo conectar con él. YYY, confío en que voy a ser guiada para encontrarlo. No cuando yo quiera, sino cuando deba ser. No de la forma en la que yo quiera, sino de la forma en que debe ser. Me permito seguir caminando, estando donde estoy, abierta a recorrer aquellos caminos que la vida quiere que recorra, aunque mi mente se resista.
En otras palabras: me permito cruzar puertas que no me gustan, y que no estoy segura de si son las mías, para poder cruzar, algún día, las que sí.
¿Por qué cuando cometo un error siento que todo se va al carajo? ¿Que todo el trabajo se perdió?
Porque tienes una castigadora interna muy fuerte. Nos vemos en Nuestra Arena.
Cerramos
Gracias por preguntar desde un corazón abierto.
Aquí el corazón abierto #5
Desde y con un corazón abierto,
Luisa RR.
PD. Si están listas para compartirse desde lo real que las habita, desde un corazón abierto, y permanecer conectadas a esa frecuencia de creación, de libertad creativa, y de ponerse afuera desde un lugar de mayor libertad, soltando los guiones, labrando la tierra para que los árboles centenarios puedan crecer, nos vemos del mismo lado de LO REAL QUE NOS HABITA AL SERVICIO DE LA CREACIÓN, espacio de calibración de seis meses, para caminar en compañía, que incluye NUESTRA ARENA (fundamental).
Es nuestra tercera versión, ahora más grande, y muy recomendada también para quienes ya fueron parte, para seguir recordando lo que les hace bien.
Gracias lu ❤️🩹✨ cada palabra, me esta costando llorar, con tus letras es imposible o hacerlo. Gracias