El color es el tierra, una tierra que se reseca, se agrieta y de vez en cuando, así sepa que hay que esperar a la lluvia caer, pide que la rieguen.
Una tierra que florece, que no teme a ser, que no teme de su semilla y su capacidad de sostener, de nutrir y de procrear.
Un tierra sensible, vulnerable, una tierra que es muy propensa a bichos, parásitos y las plagas que existen a su alrededor. Una tierra que sufre por la extractivismo, que sueña en verde y que llora por la ausencia de sus ríos
Color tierra, esa tierra que se pudre si no la mueven, si no la labran, una tierra que no puede sola, que sabe que necesita de otros.
Color tierra, esa que se alegra al ver los niños correr y revolcarse en ella, que llegan a ella solo por ser.
Color tierra, esa que cuando se moja, huele bueno, se limpia y vuelve a empezar.
Mi vida es color espiral, siento que todo da vuelta muy rápido y dependiendo de la velocidad enfoca matices diferentes, ahora está girando tanto que más que color es vibración, es viento, una mezcla entre ser aire que es frescura, incertidumbre, certeza, miedo, plenitud, por qué putas, hasta cuando? Quiero llorar, llorar, quiere gritar, explotar, desaparecer, manipular las circunstancias a lo que yo siento que es lo mejor, pero no se manipula el espiral que gira porque si, sin saber ni siquiera la dirección del giro y menos sin poder predecirlo, es color mierda pastosa, que florece a ratos y otros se seca y apesta, es color fuego cuando me carcome por dentro con pensamientos e ira, es color sangre cuando siento que parece que lo que quiero llorar en vez de lágrimas, en vez de agua, fuera sangre, es color confusión con una puta luz en medio que cuando le da la gana alumbra y hasta encandelilla, pero gran parte de los días se la pasa titilando con grandes espacios entre apagarse y volver a encender, es color injusticia porque es lo que es y es como será y como ha sido, pero también es color mármol pulido, cuando brilla por su inmaculada perfección. Hoy hoy es color mierda con una luz que lucha por no apagarse (no se va a apagar, o si?, no, no…) mientras le echo aceitito para alimentarla, aunque si la miro, la muy puta titila demorándose más en oscuridad que en luz.
Mi vida es color cielo azul infinito, azul profundo e infinito, profundo por su inmensidad, infinito por las infinitas posibilidades que existen, que se extienden en el horizonte, pacientes en la espera
en la espera de que por fin yo realmente mire el horizonte y lo reconozca lleno de posibilidades, de hermosas posibilidades, lleno de verdad, de certeza y que por fin deje de estar buscando innecesariamente la nube que sostiene la tormenta, tormenta que solo existe en mi cabeza.
El color es el tierra, una tierra que se reseca, se agrieta y de vez en cuando, así sepa que hay que esperar a la lluvia caer, pide que la rieguen.
Una tierra que florece, que no teme a ser, que no teme de su semilla y su capacidad de sostener, de nutrir y de procrear.
Un tierra sensible, vulnerable, una tierra que es muy propensa a bichos, parásitos y las plagas que existen a su alrededor. Una tierra que sufre por la extractivismo, que sueña en verde y que llora por la ausencia de sus ríos
Color tierra, esa tierra que se pudre si no la mueven, si no la labran, una tierra que no puede sola, que sabe que necesita de otros.
Color tierra, esa que se alegra al ver los niños correr y revolcarse en ella, que llegan a ella solo por ser.
Color tierra, esa que cuando se moja, huele bueno, se limpia y vuelve a empezar.
Color tierra que anhela RE-VERDE-SER
Gracias
Mi vida es color espiral, siento que todo da vuelta muy rápido y dependiendo de la velocidad enfoca matices diferentes, ahora está girando tanto que más que color es vibración, es viento, una mezcla entre ser aire que es frescura, incertidumbre, certeza, miedo, plenitud, por qué putas, hasta cuando? Quiero llorar, llorar, quiere gritar, explotar, desaparecer, manipular las circunstancias a lo que yo siento que es lo mejor, pero no se manipula el espiral que gira porque si, sin saber ni siquiera la dirección del giro y menos sin poder predecirlo, es color mierda pastosa, que florece a ratos y otros se seca y apesta, es color fuego cuando me carcome por dentro con pensamientos e ira, es color sangre cuando siento que parece que lo que quiero llorar en vez de lágrimas, en vez de agua, fuera sangre, es color confusión con una puta luz en medio que cuando le da la gana alumbra y hasta encandelilla, pero gran parte de los días se la pasa titilando con grandes espacios entre apagarse y volver a encender, es color injusticia porque es lo que es y es como será y como ha sido, pero también es color mármol pulido, cuando brilla por su inmaculada perfección. Hoy hoy es color mierda con una luz que lucha por no apagarse (no se va a apagar, o si?, no, no…) mientras le echo aceitito para alimentarla, aunque si la miro, la muy puta titila demorándose más en oscuridad que en luz.
Gracias
Mi vida es color cielo azul infinito, azul profundo e infinito, profundo por su inmensidad, infinito por las infinitas posibilidades que existen, que se extienden en el horizonte, pacientes en la espera
en la espera de que por fin yo realmente mire el horizonte y lo reconozca lleno de posibilidades, de hermosas posibilidades, lleno de verdad, de certeza y que por fin deje de estar buscando innecesariamente la nube que sostiene la tormenta, tormenta que solo existe en mi cabeza.