No ocurre con mucha frecuencia, y por eso se siente tan estremecedor, en el mejor sentido de la expresión: entrar a buscar la definición de una palabra, y que la definición de esa palabra me sacuda el mundo entero, me llene de cosquillas que duelen por su belleza.
Me ocurrió con la palabra estraperlista, que fue la inspiración para el Fragmento de tiempo que escribí: Latidos (el primero alojado en substack, mi inicio amado). Se los dejo también al final.
Me ocurrió con dos palabras que fueron inspiración para uno de los poemas más importantes que he escrito (que me tomó cuatro meses terminar, cosa que nunca pasa porque no suelo dejar escritos empezados. Terminado el 18 de mayo de este 2024).
Me ocurrió hoy, al entrar a buscar la definición de espacio liminal, tras usar la expresión hace dos días en mi escritura análoga (páginas matutinas).
Mi mente tenía cierta asociación y un entendimiento al pensar en ese concepto, y por eso lo usé, pero no tenía la definición precisa clara, así que entré a buscarla.
Y mi entendimiento en efecto era correcto, pero no era consciente de la poesía que abarcaba, de la poesía que es.
Espacio liminal
Perteneciente al concepto de liminalidad, los espacios liminales pueden ser lugares de transición, como pasillos o áreas de descanso, pero también lugares con un atractivo nostálgico, como parques infantiles y casas vacías. En general, las imágenes del espacio liminal representan lugares anormalmente vacíos y oníricos.
Espacio liminal
En términos generales, un espacio liminal se usa para describir un lugar o estado de cambio o transición; esto puede ser físico (por ejemplo, una puerta) o psicológico (por ejemplo, el período de la adolescencia). Las imágenes del espacio liminal a menudo representan este sentido de «intermedio», capturando lugares de transición (como escaleras, caminos, pasillos u hoteles) inquietantemente desprovistos de personas. La estética puede transmitir estados de ánimo de inquietud, surrealismo, nostalgia o tristeza, y provocar respuestas tanto de comodidad como de inquietud.
Liminalidad
La liminalidad o liminaridad (del latín limes, "límite", "frontera" o "umbral") significa no estar en un sitio (físico o mental) ni en otro. Es estar en un umbral, entre una cosa que se ha ido y otra que está por llegar. La enfermedad, la adolescencia, el duermevela o la locura transitoria son estados liminales, como también lo son los viajes, ya sean por placer o por necesidad. También puede haber lugares liminales, como un aeropuerto o una cárcel, y también pueden ser sucesos personales o grupales.
Tanta belleza.
Y tanta sincronía pensando en ese concepto que es tan importante dentro de lo que enseño:
Los momentos de transición
Espacios liminales
Límite, frontera, umbral
Etapas transitorias
Estado de cambio
Lugares de paso
Escalera, camino, pasillo
No estar en un sitio ni en otro
Estar entre algo que se ha ido y algo que está por llegar
Estar en ese lugar en el que no sabemos, y en el que la vida nos pide sumergirnos sin saber
Paso cero en el que nos damos permiso de simplemente estar, ser, sentir, sin entender, sin solucionar, sin presionar, sin cambiar, sin invalidar, sin exigirnos nada más que abrir espacio y permitir y sentir.
Eso son los momentos de transición: espacios liminales, umbrales entre un estado y otro, entre lo que era y lo que va a ser, en los que tenemos permiso radical para movernos con lo que ese momento de transición vaya requiriendo de nosotras, dejando de lado todo lo demás (transitoriamente).
Volviendo a las definiciones de lo liminal, otro aspecto sincrónico fue el siguiente:
La estética [de los espacios liminales] puede transmitir estados de ánimo de inquietud, surrealismo, nostalgia o tristeza, y provocar respuestas tanto de comodidad como de inquietud.
Tantas veces –la mayoría de veces– de eso es de lo que están llenos los momentos de transición:
De inquietud, de surrealismo (¿es esto real? ¿está pasando de verdad?), de nostalgia, de tristeza.
Así como de desespero, de dolor, de frustración, de rabia, de impotencia, de ansiedad, de desasosiego, de sensación de pérdida, de tanta incertidumbre, tantas veces.
Y por eso es que en presencia de un momento de transición, de un espacio liminal en el que nos encontramos, es tan crucial recordar que eso es lo que estamos viviendo, que eso es lo que está ocurriendo, que esa es la característica intrínseca de la situación: que es transitoria, que es tan retadora porque no hay certeza, porque se ha generado una ruptura entre lo que era y lo que va a ser, porque la fisura es honda y la incertidumbre (o el dolor) parecen interminables.
No lo son.
Son espacios liminales.
Son momentos de transición.
Límite, frontera, umbral
Etapas transitorias
Estado de cambio
Lugares de paso
Escalera, camino, pasillo
No estar en un sitio ni en otro
Estar entre algo que se ha ido y algo que está por llegar
Estar en ese lugar en el que no sabemos, y en el que la vida nos pide sumergirnos sin saber
Paso cero en el que nos damos permiso de simplemente estar, ser, sentir, sin entender, sin solucionar, sin presionar, sin cambiar, sin invalidar, sin exigirnos nada más que abrir espacio y permitir y sentir.
Fragmento de mi escritura análoga, que compartí en instagram, y que fue la semilla que le dio vida a este Fragmento de tiempo.
Una de mis palabras y conceptos favoritos y desarrollada por ti y en tus palabras, es un regalo. Gracias!!!