Tras dos Fragmentos Distintos, quiero agradecerles, por la acogida, por los mensajes, por compartirlos, por el amor. Y especialmente, por leerlos. Porque que alguien se tome el tiempo de leer lo que alguien más escribe, es tal vez uno de los lenguajes del amor no nombrados más inmensos de todos.
Sabían que así empezó una de mis relaciones de pareja, hace tiempo ya? Yo leí algo que esa persona escribió. Y después, él leyó algo que yo había escrito. Nos tomamos el tiempo, los dos, de leer al otro con detenimiento, y luego, de decirle a ese otro, lo que esa lectura había generado en cada uno. Y así empezó lo nuestro.
Así que gracias, por leerme. Con eso siempre será, suficiente.
Y sin embargo, sé que me leen, porque me lo hacen saber. Así que gracias, volviendo al comienzo, por hacérmelo saber, de cualquier forma. Un like, un email de vuelta, un mensaje en insta, un repost en sus historias, un comentario, un reenviar (que no sé quién lo reenvió, pero me sale el número de personas que lo hicieron).
Soy porque somos. Y somos muchas, somos tantas, todas con un corazón latiendo, en la búsqueda de lo que nos habita.
Y con la respuesta a estos Fragmentos Distintos, lo reafirmo.
Y quiero aprovechar este Fragmento, para hablar de los booms de las olas.
Es decir.
Con estos dos Fragmentos Distintos, podemos decir que hubo un boom de una ola: más acogida, más movimiento, más personas llegando, que con los Fragmentos de tiempo cotidianos, como este.
Eso podría llevarme a decidir: voy a seguir escribiendo entonces solo Fragmentos Distintos, con menos frecuencia, más espaciados, y dejar de escribir estos frecuentes, estos cotidianos.
Pero eso sería guiarme por un parámetro externo (la respuesta de quienes me leen, los números, es decir: motivación egoica), y sería deshonrar las palabras que me desbordan, que siempre están llegando, que piden ser compartidas. Sería no escuchar la voz del canal (mi canal) que me pide mantenerlo libre, desbloqueado, fluyendo, siempre.
Y la forma de mantener al canal libre, desbloqueado, fluyendo, siempre, es escribir, y ponerlo afuera. Escribir, y ponerlo afuera. Escribir, y ponerlo afuera.
Para que adentro, haya espacio, para que lo nuevo, pueda llegar.
Y esto último, aplica para todo.
Como las puertas que no cerramos del todo.
Como aquello que ocupa todo nuestro espacio (mental, emocional, literal), y aquí hago referencia al Segundo Fragmento Distinto sobre los sueños imposibles, que hacen precisamente eso: robarse el espacio, es decir; nuestra vida.
Como las decisiones que no tomamos de verdad.
Que no permiten, que haya espacio, para que lo nuevo, pueda llegar.
Así que.
Yo recibo el boom de la ola, la navego, la aprovecho, la disfruto, la celebro, y decido seguir escribiendo los Fragmentos Distintos.
Pero no me quedo solo con el boom de la ola, olvidando, lo que es igual de real, aunque tal vez, no tan escandaloso. Porque “no todo lo que es oro, brilla”.
Porque, al que más le gusta lo que brillo, a fin de cuentas, es al ego.
Y hay tantas cosas, que son puro oro, pero las olvidamos, o no las reconocemos, o las desechamos, por eso; porque no brillan tanto.
*
A mediados/finales de octubre, viene nueva MasterClass sobre el universo inmenso del trabajo de ego. Les iba a revelar el nombre hace ratico, pero cambié de opinión. Solo les digo que es muy amado. Muy nuestro.
Este domingo 1 de octubre, abrimos las puertas para VALENTÍA, con precio especial durante 48 horas. VALENTÍA empieza en noviembre, caminaremos juntas durante 5 semanas, y va a ser muy inmensa.
Les recomiendo unirse a ambos espacios, aprovechar el precio especial de VALENTÍA, y luego unirse a la Masterclass sobre trabajo de ego, que no* estará incluida en Valentía, porque los precios a los que van a poder acceder a ambos espacios, son muy buenos.
Así que.
Nos vemos del mismo lado, de la puerta que sea la tuya, idealmente, de estas dos puertas tan nuestras que vienen.
Ayer les dejé una presentación, o re-presentación sobre mí, en mi insta:
Y aquí los dos Fragmentos Distintos, por si no los has leido:
Gracias siempre.